Los hijos de la generación del baby boom podrían pensar que su edad y carencia de conocimientos tecnológicos son un gran problema a la hora de trabajar o buscar empleo. Sin embargo, tienen mucho que aportar, sobre todo cuando son altos ejecutivos.

Este es el tiempo de los millennials, quienes están extremadamente familiarizados con la tecnología y cada vez más valoran la flexibilidad en el trabajo. Para una persona de 50 años (o más) el modo de trabajar de estos jóvenes y las tecnologías que emplean para hacerlo pueden parecer intimidantes, sin embargo, los integrantes de la generación del milenio también tienen carencias para enfrentarse al mundo laboral.

Por otra parte, es normal que una persona que haya trabajado durante toda su carrera en un mismo lugar, o que, por circunstancias de la vida, haya tenido una pausa en su carrera, sienta aprensiones con el modelo de trabajo actual. La clave para enfrentar esos temores es bajar la ansiedad y valorar el potencial de los jóvenes.

Pasantías

Una posibilidad real para alguien que se haya ausentado del mundo laboral por un periodo largo de tiempo (más de 10 años), a los que podemos llamar returners, es reincorporarse a las empresas a través de las pasantías.

En Estados Unidos esta es una práctica cada vez más popular. Algunos gigantes tecnológicos emplean este método, como Intel e IBM, en que el ser “aprendiz” supone una opción paulatina de reinserción, que además permite a las empresas corroborar la valía de los candidatos.

Esta modalidad no es una manera de conseguir mano de obra barata, al contrario, es una forma de recuperar talentos que, por diversas razones, estaban perdidos o “en pausa”.

El caso de Chip Conley

Un ejecutivo que encarna lo mejor de un baby boomer experimentado y reinventado es Chip Conley (56), quien compartió su experiencia recientemente con Harvard Business Review.

Conley trabajó durante toda su vida en una empresa de hoteles boutique que él mismo fundó cuando era solo un veinteañero. Luego de vender su firma en 2008, fue contactado por el CEO de Airbnb para ayudar a la plataforma tecnológica a convertirse en un gigante internacional. Conley fue requerido como director de hospitalidad y, en ese momento, comenzó un viaje de aprendizajes y enseñanzas recíprocas.

Con humildad, Conley decidió dejar atrás su identidad empresarial histórica y asumió que habían muchas cosas que no conocía del modelo de trabajo actual. Sin embargo, a la vez que funcionaba como un experimentado mentor en la empresa, se sentía como un pasante. Mostrarse de forma abierta, expresar sus dudas y pedir ayuda, lo llevó a ser exitoso en el mundo tecnológico. Por otra parte, su vasta experiencia en el mercado le significó ser un gran aporte para los jóvenes emprendedores que requerían de sus consejos.

Sin embargo, más allá de sus conocimientos en el área, Conley asegura que la inteligencia emocional fue uno de los factores que le ayudó a entrar en este nuevo mundo, y una de las enseñanzas que él compartió con los millennials con los que trabaja.

Baby boomers, millennials, todos tienen algo que aportar: mientras unos son expertos en tecnologías, otros son expertos en relaciones interpersonales. Ninguno de los aprendizajes está obsoleto, menos aún las personas. ¡Hora de reinventarse!