Un gerente inteligente debe considerar cómo las interacciones sociales en la oficina pueden afectar a los empleados más capacitados, y asimismo resguardar las espaldas de quienes los perciben como amenazas.

 

Los espacios abiertos en el trabajo pueden ser comparados con los grupos que formábamos en el colegio o la universidad para realizar una tarea. Si bien es verdad que, potencialmente, el trabajo en conjunto sea más rápido, creativo y eficaz que aquel que se realiza en solitario, todos conocemos algunas desventajas de aquella modalidad. Está claro que “dos cabezas piensan mejor que una” y que el trabajo en equipo fomenta la colaboración, pero al mismo tiempo, los grupos pueden transformarse en una oportunidad para que los más hábiles se lleven toda la carga, mientras que los demás descansen en ellos.

Recientemente, Big Think destacó los resultados de un estudio intensivo acerca de cómo son vistos los trabajadores más calificados por sus pares. Se reveló que, mientras más colaborativa era una oficina, con mayor frecuencia los empleados intentaban socavar a los de mayor rendimiento. Sin embargo, la intención de minar el desempeño de los más hábiles no estaba ligada con la envidia, sino que con el sentimiento de amenaza que despertaban estos últimos.

El estudio, publicado en Applied Psychology, confirmó que un ambiente de trabajo colaborativo puede provocar que los mejores empleados se sientan miserables y socialmente aislados. Esta es una de las desventajas de los espacios abiertos, ya que, en lugar de ver a un actor de alto nivel como modelo a seguir, los otros empleados tienden a sentirse intimidados por ellos, en cuanto a su propia posición en la empresa o a su autoestima.

En este sentido, si bien es posible reconocer ciertas ventajas del trabajo en espacios abiertos, al momento de implementar esta modalidad de oficina es fundamental poseer un manejo consciente de las relaciones que existen entre los empleados. Un gerente inteligente debe considerar cómo las interacciones sociales en la oficina pueden afectar a los empleados más capacitados, y asimismo resguardar las espaldas de quienes los perciben como amenazas.

De todas formas, lo anterior no debe convertirse necesariamente en una excusa para evitar el trabajo colaborativo y volver a los tradicionales cubículos y las mismas reuniones periódicas que con el tiempo se vuelven cada vez más tediosas.

El trabajo en cooperación tiene numerosas ventajas, como:

  1. Fomentar la interacción entre los empleados.
  2. Aumentar la eficiencia de los trabajadores.
  3. Aumentar la productividad.
  4. Promover un ambiente amigable.

Con el tiempo, el trabajo colaborativo se ha vuelto más popular como forma de organización de múltiples compañías, y a pesar de que tenga diversas desventajas y ventajas, la clave está en entender cómo sacarle el mejor provecho.