No se trata de ser un jefe permisivo o participar en los happy hours, sino que, por ejemplo, respetar a los integrantes de su equipo, dar retroalimentación honesta y útil, y tratar a cada uno como iguales.


 

¿Por qué ser el jefe “buena onda” no necesariamente es el método más exitoso para llevar una organización? Revisemos el caso que detalla Brian Scudamore, fundador y CEO de O2E Brands, en Inc.com. Cuenta que, durante los primeros días de su negocio, trató de ser amigo de todos. Él quería ser un jefe cercano y crear un lugar divertido para trabajar.

Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron los resultados esperados, ya que cada vez que algo iba mal con el trabajo de los integrantes de su equipo, le resultó difícil entregarles el feedback necesario para mejorar o llamarles la atención cuando había errores en su trabajo. Así, añade, las tensiones se acumulaban, la gente hablaba a sus espaldas, y en realidad nadie se estaba divirtiendo.

Finalmente, Scudamore se dio cuenta de que no había preparado a su equipo para el éxito, ya que, al ser primero su amigo, no logró plantarse como el líder que necesitaban.

Generalmente, tenemos una idea errónea de que los empleados buscan o necesitan tener amigos como figuras de autoridad, pero la verdad es que la gente no quiere que su jefe sea su compinche; quieren un gerente que apoye su éxito y les ayude a alcanzar sus metas. El jefe más “buena onda” no es el mejor amigo, ni el más permisivo o el que participa de los happy hours, sino que es aquel que:

  • Respeta a sus empleados.
  • Da retroalimentación honesta y útil
  • Y trata a cada uno como iguales.

De todas maneras, no se debe confundir el ideal de un líder firme con un jefe autoritario y prepotente, y quienes más sufren con un superior de esta índole son los asistentes directos. “El jefe prepotente tiene que dejar de serlo o, si no, la gente con talento se le marchará. Una de las cosas en que más se repara para decidirse por una u otra empresa es tener un jefe con el que puedas trabajar a gusto. Hoy importa algo más que el sueldo”, declara Elena Gómez, presidenta de Secretariaplus a Infobae.

Lo que sí es claro es que los empleados buscan líderes que reúnan ciertas características que son difíciles de encontrar en todas las personas, por lo mismo, ser un buen jefe no es un juego. Tener la capacidad de establecer límites claros, no demostrar favoritismo, apoyar a los empleados al momento de perseguir sus metas e inspirar respeto, son algunos puntos para tener en cuenta a la hora de ejercer la autoridad. Ganar poder puede ser sencillo, pero merecerlo y mantenerlo requiere de esfuerzos diarios y conscientes.