Para que este proceso sea exitoso, se debe trabajar “con”, y no “contra”, la resistencia de un individuo. Quienes triunfan en este ámbito, tienen la capacidad de comprender de manera intuitiva las motivaciones de los ejecutivos de acuerdo con Manfred Kets de Vries, experto en liderazgo.

¿Qué se debe hacer para guiar a un CEO durante un coaching? ¿Cómo hay que encauzar ese proceso para que rinda los frutos esperados? Según un artículo de Manfred Kets de Vries, profesor de liderazgo y desarrollo organizacional en INSEAD, algunos consultores comparten características de un “susurrador de caballos” –concepto asociado por primera vez a Daniel Sullivan, un entrenador irlandés que se hizo famoso por su capacidad para rehabilitar a los caballos más intratables– y son verdaderos “susurradores” de CEOs.

Su efectividad se debe a que saben, por ejemplo, cómo interpretar el lenguaje verbal y no verbal de los ejecutivos. Además, reconocen que muchos de ellos, a pesar de su éxito, pueden haber adquirido patrones de comportamiento disfuncionales a lo largo de sus carreras.

Para realizarle un coaching efectivo a un CEO se requiere establecer una alianza de trabajo con los clientes, y recordar que la relación se desarrolla en un contexto específico. Asimismo, la escucha profunda y activa permitirá al coach descifrar las señales de su cliente.

Según Kets de Vries, hay que considerar también que crear esta “alianza” es más difícil con clientes que son demasiado “defensivos”; extremadamente cautelosos o tranquilos; o que no saben qué objetivo lograr a través de un coaching. Para el académico, es recomendable comenzar las reuniones con preguntas para indagar en las pretensiones del cliente y comprender mejor sus motivaciones internas.

El profesor de INSEAD también añade que es importante mostrar comprensión acerca de la situación de cada ejecutivo, ya que ellos necesitan sentirse seguros, aceptados y respetados. El trabajo de un coach es ayudarlos a lograr sus objetivos, independiente de cuáles sean.

Por otra parte, es aconsejable ir a lo seguro al principio y evitar cualquier forma de discusión. El coach –asegura Kets de Vries– debe estar al tanto de lo que funciona y lo que no funciona, ya que el progreso puede estancarse si los clientes son presionados para tratar problemas que aún no están preparados para enfrentar. Además, los coach deben abstenerse de dar falsas garantías y no generar expectativas inalcanzables del proceso.

Un coaching completo también requiere profundizar en aspectos incómodos. De acuerdo con el académico, después de establecer una alianza de trabajo, el coach debe permanecer en sintonía con los clientes y crear el marco para la relación futura. Una forma de hacerlo es alentar a los clientes a compartir detalles sobre sus factores de estrés, frustraciones e insatisfacción.

En resumen, concluye Kets de Vries, un coach debe ayudar a los CEO a actuar menos y ser más reflexivos. Un buen coach los persuade a examinar sus vidas y maximizar su potencial, a ayudarlos a disipar las sombras y ver las cosas como son, no como desearían que fueran.

 

Fotografía de rawpixel en Unsplash.