Si recuerdas a tu entrenador (coach) favorito de cuando eras joven, sabrás que sus gritos y exigencias eran porque creía en ti. ¿Qué pasaría si así fueran los jefes en tu empresa hoy?
Un buen entrenador (coach) brinda retroalimentación y espacio cuando es necesario. Establece objetivos individualizados y luego apoya a sus jugadores para alcanzarlos. Un buen entrenador pasa tiempo con sus dirigidos, reconoce sus logros y los ayuda a desarrollarse dentro y fuera del campo. Construye así una relación con ellos que permite conversaciones difíciles bajo presión.
Detallada paso por paso, esta dinámica pareciera ser aplicable a la relación que un gerente podría llevar con los integrantes de su equipo. No por nada, Gallup se pregunta “¿Y si así fueran los jefes en tu empresa?”.
Como antecedente, la empresa encuestadora, en su informe “Estado del gerente estadounidense”, asegura que uno de cada dos empleados ha dejado su trabajo para alejarse de un gerente y mejorar su vida en general en algún momento de su carrera. Además, los empleados que reciben retroalimentación diaria de su gerente son tres veces más propensos a estar comprometidos con su trabajo que aquellos que reciben feedback una vez al año, por ejemplo, a través de una evaluación de desempeño. Si por un lado, según la empresa encuestadora, ese método “no es efectivo” y, por otra parte, los jefes ya no ejercen una supervisión estricta, el enfoque del “entrenador” se ajusta mejor al trabajo actual.
“Los empleados necesitan (y tienen) mucha más autonomía hoy. Pero así como su entrenador lo ayudó a establecer metas que le dieron un propósito y compartió con usted comentarios y opiniones oportunas para alentarlo, también lo debe hacer un gerente”, afirma Gallup.
Cuando los gerentes proporcionan comentarios significativos a los empleados, añade la empresa, estos tienen 3,5 veces más probabilidades de estar motivados en su trabajo. Sin embargo, solo uno de cada cuatro empleados está totalmente de acuerdo en que su gerente les proporciona retroalimentación significativa, o que la retroalimentación que reciben les ayuda a hacer un mejor trabajo.
¿Qué pueden hacer las empresas ante escenarios similares? Según Gallup, el primer paso es empoderar a los gerentes y jefes para que se vean a sí mismos como entrenadores. Dicho de otro modo, hay que ayudarlos a tomar responsabilidad del desempeño de cada empleado.
Dado que una conversación es ideal para que un ejecutivo ayude a cada integrante de su equipo, Gallup recomienda lo siguiente para aprovechar esa instancia:
- se debe levantar información -por ejemplo, a través de la evaluación CliftonStrengths– que permita determinar cómo piensa y se comporta cada colaborador, y qué los motiva a desempeñarse mejor en su trabajo.
- estar al tanto y medir lo que los empleados necesitan para tener éxito, y cómo hablar de ello con tus equipos.
- realizar una planificación de acciones fácil y eficaz que le permita a cada trabajador sentirse responsable de su rendición de cuentas.
Como detallamos en nuestra entrada anterior, “se trata de mentorizar y entrenar a otros para sobresalir”.