La pandemia ha causado incertidumbre y dolor, pero, como plantea un artículo de Harvard Business Review, dejó la puerta abierta para que personas y empresas puedan desarrollarse sobre la base de sus valores y las comunidades que integran.

En entradas anteriores de nuestro blog hemos abordado cómo los gerentes y las empresas han debido ajustar sus gestiones y liderazgos para enfrentar todos los desafíos causados por la pandemia.

Un nuevo enfoque que queremos destacar en este nuevo texto consiste en ir más allá de cómo dirigir a las personas de una compañía durante una crisis, y en cambio ayudarlas a crecer. Según un artículo de Harvard Business Review, los estudios científicos sobre los efectos de los traumas ofrecen “una idea sobre este momento y una esperanza sorprendente: en lugar de preguntarnos cómo nos recuperaremos de estos tiempos dolorosos, deberíamos preguntarnos cómo nos cambiarán. En muchos casos, tenemos la oportunidad de cambiar para mejor”.

El autor del artículo, Jamil Zaki, profesor de Psicología de la Universidad de Stanford, sostiene que las personas tienden a reevaluar sus prioridades luego de eventos traumáticos: pueden escoger un nuevo rumbo laboral, revitalizar lazos personales o experimentan un mayor sentido de propósito. “Los psicólogos llaman a esto ‘crecimiento postraumático’ o PTG, y es bastante común: en un metaestudio de más de 10.000 sobrevivientes de trauma, alrededor del 50% informó al menos un grado de PTG”.

Para el académico, “nadie elegiría soportar un trauma, pero es útil tener en cuenta que incluso los momentos terribles pueden tener efectos positivos”. Por ejemplo, la crisis por el covid-19 ha evidenciado los efectos positivos de un estilo de vida que genera menos emisiones contaminantes. También destaca que los mismos empleados de las empresas han demandado “más igualdad en las prácticas de contratación y gestión de la empresa, y alientan a sus empleadores a apoyar iniciativas de justicia social”.

De acuerdo con Zikal, los gerentes y líderes de las organizaciones deberían tomar nota de ello. Su recomendación es que, “en lugar de apuntar a una recuperación o pedirles a los empleados que vuelvan a la normalidad, deberían hacer preguntas más importantes sobre cómo sus organizaciones pueden crecer en este momento. Aquí pueden ayudar dos ideas de la ciencia psicológica: afirmar los valores y enfatizar la comunidad”.

Afirmar los valores

A través de este camino, los líderes y gerentes pueden ofrecer apoyo a las personas de una compañía al centrarse en valores compartidos y no en las circunstancias que han marcado la pandemia y la crisis económica.

Un ejercicio en línea con esta recomendación consiste en que los integrantes de un equipo anoten los principios que consideran más importantes y expliquen la relevancia que tienen para ellos. Esta práctica, según Zikal, “produce resultados poderosos a largo plazo, incluido el fomento de la resiliencia y el crecimiento frente a la adversidad”.

Como se dijo anteriormente, también hay una oportunidad para afirmar los valores de una organización. Para ello, debe haber correspondencia entre dichos principios y las acciones de una empresa y de quienes pertenecen a ella, ya que los discursos vacíos pueden tener efectos negativos. “Al vincular palabras y acciones, puede ayudar a su equipo a concentrarse no solo en lo que hacen, sino en por qué lo están haciendo”, agrega el profesor de Psicología.

Enfatizar la comunidad

Zikal asegura que es más probable que quienes atraviesan por eventos traumáticos experimenten “crecimiento postraumático” si cuentan con una comunidad que los apoye y en la que puedan compartir sus experiencias abiertamente.

Para recuperar las conexiones debilitadas o perdidas por el distanciamiento social, los líderes pueden fijar espacios en las reuniones virtuales para que las personas puedan referirse a su situación personal, además de “estar abiertos a la intimidad desordenada que conlleva ver las casas de los compañeros de trabajo y conocer a sus familias y mascotas”. Otra opción es la creación de redes de apoyo, en las que padres que trabajan o empleados que cuidan a familiares enfermos, entre otros, conversen sobre los problemas que enfrentan.

La pandemia ha causado incertidumbre y dolor, pero, como plantea Zikal, dejó la puerta abierta para que personas y empresas puedan crecer sobre la base de sus valores y las comunidades que integran.

“Las decisiones que tomemos en este momento moldearán en quiénes nos convertiremos nosotros y nuestras organizaciones. En tiempos de trauma, estas estrategias pueden ayudar a las organizaciones no solo a sobrevivir, sino a construir lo que desearíamos que hubiera estado allí todo el tiempo”, concluye.