Anticiparse a lo que habrá que explicar en una entrevista, por ejemplo, si hay “lagunas” en el currículum, o reconocer lo bueno y lo malo de su experiencia profesional ayudan a un candidato a demostrar cómo ha progresado durante su carrera.

Durante la búsqueda de trabajo, el currículum es el documento por excelencia que permite resumir, con datos comprobables, una carrera profesional y los logros obtenidos. Sin embargo, no permite acceder a un elemento crucial al momento de evaluar a un candidato: la inteligencia emocional. Es en esa fase del proceso cuando la transparencia puede jugar a favor de un postulante, según Charles Aris, nuestro partner de InterSearch en Estados Unidos.

Para explicar el punto, Julia Opaleski, Associate Practice Leader de la consultora norteamericana, cita un caso de la vida real. En una búsqueda que realizó para un cliente revisó el currículum de un candidato que daba cuenta de pasos breves por varios cargos y de vacíos temporales. Ello sugería que “el candidato había estado desempleado varias veces y probablemente tomó algunas decisiones cuestionables”, por lo que preparó la entrevista considerando que era muy probable que el candidato no avanzaría en el proceso.

Sin embargo, fue gratamente sorprendida. “Este candidato había hecho algunos cambios de carrera deficientes que llevaron a transiciones rápidas y algunos meses de desempleo. El individuo tuvo reveses en su carrera que hubieran sido fáciles de pasar por alto, barrerlos debajo de la alfombra o incluso no revelármelos, lo que me habría llevado a sacar mis propias suposiciones, ser muy escéptica sobre las brechas en su currículum y asumir lo peor. Sin embargo, lo que realmente me llamó la atención fue la forma en que este candidato habló sobre las lecciones aprendidas de estos desafíos y cómo los utilizó para aprovecharlos a medida que se desarrollaba su carrera”, afirmó Opaleski.

Este caso da cuenta de que actualmente hay CV´s que entregan pistas sobre profesionales que toman riesgos, con lo que ello conlleva, información que pueden complementar en la entrevista para así contar “su historia”.

Para este tipo de candidatos, Opaleski recomienda tres buenas prácticas:

  1. “Sea transparente y proactivo”: hay que anticiparse a lo que habrá que explicar, por ejemplo, cuando hay “lagunas” en el currículum. No hacerlo deja espacio para que la contraparte asuma hechos, lo que puede jugar en contra. “Practique su resumen ejecutivo de tres a cinco minutos, enfocándose en sus transiciones y motivación para el cambio; sumérjase en las razones de sus transiciones, ya que ayudan a pintar su imagen en su totalidad”.
  2. “Sea próximo y muestre humildad y honestidad”: implica reconocer lo bueno y lo malo de su experiencia profesional. “Una persona que tiene la humildad suficiente para admitir sus errores pasados ​​y demostrar lo que se aprendió de la situación puede mostrarse bien a los gerentes de contratación. Ponga todo sobre la mesa, reflexione y demuestre cómo impactó su crecimiento personal y profesional”.
  3. “Sea reflexivo y consciente de sí mismo”: es un complemento a la capacidad de explicar una carrera profesional. “Demostrar una autoconciencia reflexiva es fundamental para una organización innovadora y de alto crecimiento y es algo en lo que se lo evaluará desde todos los ángulos diferentes”.

La transparencia puede convertirse en un enfoque para reflejar cómo ha progresado, en medio de altos y bajos, una persona, y cómo su carrera profesional puede pavimentar el camino a un nuevo trabajo.