Está demostrado que “por cada US$ 1 invertido en el tratamiento ampliado para los trastornos mentales comunes, hay un retorno de US$ 4 en mejora de la salud y la productividad”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El bienestar laboral y la productividad van cada vez más de la mano al interior de las empresas. Fomentar el primero impacta positivamente al segundo y, en consecuencia, las organizaciones quedan en buen pie para cumplir sus objetivos.
Por ejemplo, un efecto del wellness es un mayor grado de felicidad en el trabajo. Según una investigación de la Universidad de Warwick, un grupo de economistas realizó “una serie de experimentos para probar la idea de que los empleados felices trabajan más”. ¿Resultado? “Encontraron que la felicidad hacía que las personas fueran un 12% más productivas”. Otro componente del bienestar es la salud mental de la fuerza laboral. Está demostrado que “por cada US$ 1 invertido en el tratamiento ampliado para los trastornos mentales comunes, hay un retorno de US$ 4 en mejora de la salud y la productividad”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cómo medirlo y fomentarlo
Al momento de evaluar el estado del bienestar al interior de una empresa, ¿qué se le puede preguntar a los trabajadores sobre su bienestar? De acuerdo con un artículo del portal helloinhr.cl, se pueden desarrollar encuestas para levantar información sobre salud y bienestar general; carga de trabajo, cultura corporativa y gestión del estrés; y equilibrio trabajo-vida.
En su blog, LinkedIn destaca que el wellness fortalece el compromiso y retención de los trabajadores. Al respecto, subraya que “según un informe de Deloitte de 2021, el 80 % de los trabajadores consideraba que el bienestar era crucial para el éxito de su organización. Para impulsar el bienestar, considere ofrecer programas de manejo del estrés, clases de acondicionamiento físico en línea (o reembolso por clases presenciales), seminarios web sobre administración del dinero e intercambios de recetas saludables. Cuando las personas pueden cuidar su propia salud y bienestar, es probable que sean más felices en sus trabajos”.
Además, el impacto del bienestar en la productividad se ve influido en:
- El apoyo a los colaboradores en un regreso seguro a la oficina.
- Que las empresas le den un rango “estratégico” a la salud mental de su capital humano.
- El fomento del auto-cuidado entre gerentes y ejecutivos.
Índices recientes e impacto de la pandemia
En nuestro país, las mediciones y análisis sobre bienestar laboral se han visto influenciados por la pandemia. De acuerdo con el “Estudio Bienestar y Felicidad Laboral en Empresas Chilenas”, realizado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y Merlin Research, “el 53% de trabajadores dice sentirse ‘feliz’ en su ocupación laboral, pero bienestar era mayor antes de pandemia”, según destacó Emol.com. Además, este mismo medio recalcó que un nivel de bienestar laboral alto está asociado a “un buen ambiente laboral, el trabajo en equipo y la calidad de sus jefes”.
Por otro lado, la “Encuesta Bienestar, trabajo y familia” (Caja La Araucana-Universidad Andrés Bello), incluyó entre sus conclusiones que “la pandemia tuvo un efecto desfavorable en el bienestar de los trabajadores más jóvenes, lo que se manifiesta en la satisfacción vital, laboral y familiar”. También se destacó que “existe una mayor percepción de problemas en la relación trabajo-familia, lo que vuelve a poner en juego el rol del empleo en el bienestar. El ítem con mayor diferencia en este segmento es el de agotamiento después del trabajo, lo que requiere poner ojo en el fenómeno del estrés laboral y sus posibles efectos, como ausentismo laboral y rotación voluntaria. De igual forma, la presión de las actividades domésticas puede generar una reducción de la productividad y un aumento del estrés laboral, aumentando la probabilidad de que se manifieste el síndrome de burnout”.
Para contrarrestar estos efectos, algunas empresas, según la Fundación Chile Unido, han tomado medidas como la entrega de infografías y consejos prácticos para la salud mental, la habilitación de canales de comunicación bidireccionales entre los colaboradores y las gerencias, y charlas y asesorías para integrar mejor trabajo y vida personal.
A escala global, un análisis del Foro Económico Mundial ofrece similitudes con los índices de bienestar laboral registrados en nuestro país: “Aunque el bienestar global de los empleados aumentó ligeramente en comparación con el año 2020, se mantuvo por debajo de los niveles anteriores a la pandemia y siguió siendo bajo. Solo el 21% de los encuestados afirmó sentirse comprometido en su trabajo y el 33% dijo que su bienestar general era próspero”. Y sobre los posibles efectos de lo anterior, agregó que “la falta de compromiso en el lugar de trabajo tiene un impacto directo en las economías de todo el mundo, según un análisis separado de Gallup. Las reducciones resultantes en la productividad, la retención del personal y la rentabilidad cuestan a la economía mundial 7,8 billones de dólares, lo que equivale al 11% del PIB mundial.”
Otra visión
Aparte de las acciones que más arriba se entregaron para fomentar el bienestar laboral, también han surgido otras perspectivas sobre cómo lograrlo, aunque ello implique sacrificar la productividad. Tal es el caso de Adina Sterling, profesora asociada de Comportamiento Organizacional de la Universidad de Stanford.
En una entrevista publicada por Insights by Stanford Business, propone un reenfoque: “Necesitamos rediseñar las empresas para que se centren en la resolución de problemas, la equidad, la colaboración y la creatividad para que las personas puedan vivir una vida laboral equilibrada. Necesitamos alejarnos de un modelo de eficiencia y resultados finales, darles a los trabajadores más poder y diseñar mejores trabajos. La gente está realmente cansada, ya sean trabajadores minoristas que tienen que trabajar por turnos de 50 a 60 horas a la semana o ejecutivos que se ocupan de la semana laboral las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Si viéramos que el problema es similar en estos grupos que rara vez están juntos en la misma habitación, avanzaríamos”. También aclara que, para avanzar en esa línea, es necesaria la coordinación entre gobiernos, compañías o instituciones académicas, entre otros.