El paradigma desarrollado por el académico estadounidense Bruce Tuckman distingue cinco etapas a través de las cuales un grupo de personas se organiza para desarrollar un trabajo con miras a lograr objetivos específicos.

El trabajo en equipo es un elemento fundamental para potenciar los talentos dentro de una organización, aumentar su productividad, mejorar el clima de la oficina y afianzar las relaciones laborales, entre otros beneficios. El punto de partida para todo lo anterior es la formación de un equipo.

Para ello, una referencia que te invitamos a repasar en este blog es el modelo Tuckman. Desarrollado en 1965 por el académico estadounidense Bruce Tuckman (1938-2016), definió cinco etapas a través de las cuales un equipo evoluciona. En su trabajo “Developmental sequence in small groups” (“Secuencia de desarrollo en grupos pequeños”), propuso un análisis sobre “cómo los miembros del equipo empiezan como un grupo de extraños y luego pasan por cinco etapas diferentes antes de convertirse en un equipo de alto rendimiento”.

Ello hace posible estudiar que cada etapa del desarrollo del equipo se caracteriza por sentimientos y comportamientos específicos y reconocibles. Así, “comprender por qué suceden las cosas de determinadas maneras en su equipo puede ser una parte importante del proceso de autoevaluación”.

La versión original de este modelo consideró cuatro etapas, pero se sumó una quinta luego de una revisión conjunta entre Tuckman y Mary Ann Jensen. A continuación, revisa en qué consiste cada una de ellas.

Fase 1: Forming (Formación)

El grupo está en su etapa inicial: se crea y se configura. Se la considera también como una fase de Preparación u Orientación. Es posible observar tendencias de los miembros a destacarse, denotar inseguridad y presentar deficiencias entre los integrantes del equipo para trabajar en conjunto. Además, se registra una una alta dependencia en el líder, quien dirige y guía.

Fase 2: Storming (Enfrentamiento/Conflicto)

Los integrantes tienden a enfrentarse entre sí para adquirir posiciones mientras tratan de establecer relaciones con sus pares y el líder. Ello conduce a la formación de subgrupos y se pueden originar conflictos. El líder actúa como coach en esta etapa.

Fase 3: Norming (Normalización)

Se logran reducir los conflictos y los miembros comienzan a adquirir sentido de pertenencia. También se generan acuerdos y el consenso se ve favorecido dentro del equipo, el cual responde a las enseñanzas del líder. Por otro lado, los roles y las responsabilidades son claras y aceptadas. El equipo se reúne periódicamente para discutir y desarrollar sus procesos y su forma de trabajo. En cuanto al líder, actúa como facilitador, es respetado por el equipo y parte del liderazgo es compartido por el equipo.

Fase 4: Performing (Desempeño)

El funcionamiento del equipo se traduce en un trabajo de buen rendimiento y con mínimos conflictos, y está en condiciones de tomar decisiones sin la participación del líder. El equipo exhibe un grado alto de autonomía y su enfoque está en lograr resultados. Si se registran desacuerdos, son resueltos positivamente dentro del equipo al promover cambios orientados al logro. Todo lo anterior modifica el rol del líder: el equipo requiere que él delegue tareas y proyectos, pero ya sin necesidad de ser instruído o asistido.

Fase 5: Adjourning (Finalización/Disolución)

Esta fase se produce cuando finaliza un proyecto o el equipo es disuelto. El grupo contempla su separación y sus integrantes pueden asumir nuevas tareas o proyectos, y sienten satisfacción por lo que han conseguido. Desde una perspectiva organizacional, es importante destacar la aparición de un sentimiento de vulnerabilidad entre las personas involucradas, especialmente si han estado muy unidas y sienten inseguridad ante este cambio.

Entre los elementos que podemos destacar del trabajo producido por un equipo son su sentido de misión, los roles definidos y una pertenencia estable, entre otros. Conocer el paradigma desarrollado por Bruce Tuckman permite a las organizaciones, líderes y trabajadores potenciar las cualidades de cada uno para lograr una meta común.